EL FUEGO, LLAMA CREADORA

Desde tiempos ancestrales, el fuego ha servido para alumbrar, abrigar y proteger de las fieras a los hombres que se reunían, por las noches, a escuchar las antiguas historias de la tribu.

Hoy los tiempos han cambiado. Nos hemos atribuido el nombre de “homo sapiens”, tenemos luz eléctrica para alumbrarnos, calefacción para abrigarnos, y las fieras se encuentran lejos, confinadas en lo poco de su hábitat que nuestra codicia no ha destruido.

Pero el fuego no ha perdido su magia, y las historias, más que nunca nos vinculan a nuestro origen olvidado.

Cada vez que el fuego arde, llama a nuestro ser interior, el original, que anhela con premura volver a compartir con la tribu sus experiencias de transformación.